Para Adelaida

Lo supe desde niña,
desde bien dentro de mí nunca existió.
Tal vez fué el querer demostrar que podía mantener una promesa para siempre. 

...

Lo supe desde siempre. Que en mí el deseo de ser madre no existía. Sé que por observación aprendí a amar a mis muñecas pelonas, porque Mamá era el único reflejo de como debía verse el amor. Entonces no es instinto materno, es imitación. 
Lo supe en la secundaria, cuando fuí la única a favor del aborto; mis compañeras refutaban con argumentos trasladados de la mente de sus padres, lo curioso es que era siempre el mismo discurso. Tal vez no observaron la violencia de ser madre porque no les importaba, aunque ¿porqué habría de hacerlo? éramos jóvenes. A mí me criaron para preocuparme por todo, incluso aquello que no tendría que ser merecedor de mi preocupación. Entendí lo que era ser madre desde mucho antes de decidir no serlo. 

Fuí hermana y a veces mamá de mi propia madre desde muy pequeña. Me hice cargo de sus complejas emociones cuando eran descargadas sobre mí. Fuí mamá de sus tristezas o cuando una canción le rompía el corazón, abracé muchos recuerdos que no me pertenecían, fantasmas que a mí no me perseguían. Fuí todo y nada a la vez, sin embargo siempre supe que madre no quería ser, al menos quería que esa decisión sí pudiera estar en mis manos. 

Lo sé ahora, lo supe siempre. 
No está en mi esa semilla, ese "instinto". Y es que el término instinto materno fué inventado para convencernos del hecho histórico de la maternidad a toda costa. Así sea un Nenuco, nuestras mascotas, nuestros hermanos, nuestros padres ymás tarde nuestros amores disfrazados de hombres.

Crié a un hombre por amor, al crecer en hermandad con Mamá aprendes cuál debe ser la forma de amar. Formé y maternisé el amor que quería tener, lo guíe hasta el final del camino y cuál hijo ingrato se fué. Según él que hacer su vida, lejos de la mía la cuál ya había dejado vacía. Lo supe con su adiós, que padre y madre jamás podríamos ser, pues el niño que había dentro de él no me veía más como mujer. Su abandono y el vientre vacío. Ahí no lo volví a olvidar: tengo un papel que no es el de ser Mamá. 

                      
Samaria Flores 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Falacia

De alguna larga noche