Entradas

Mostrando las entradas de junio, 2024

Mudanzas

Imagen
Me mudé de casa. Te mudaste de mi casa. Dejaste las maletas, tu aroma en la almohada,  esa  silueta en mi cama. Me mudé de casa,  del lugar  que mío fué siete por primaveras y tuyas mis noches enteras. Nos mudamos, se quedó solo el lugar  que tantas veces llamé hogar. Entre polvo y desaire, dejamos los recuerdos y la casa vacía. El cuadro que pinté con los colores de ayer,   hoy se destiñen en olvido.  Quema la casa,  el hogar.  Entierra los (d)años. Y en mudanzas, quedarán solo los peldaños. 

Atisbo de amor

Pensar en querer y volver a conocerme enamorada es como nadar a través del mar y sus azules depresiones, ancla que me hunde al fondo. Quiero volver a tocar el cielo, y dejar de sentir el piso bajo mis pies. Ansío con verdadera impaciencia, sentir de nuevo el rose del amar, como si fuese lo único que existe. A veces quisiera que el amor no fuera esa fuerza que me mantiene viva. Quisiera fuese viento y palabras, que el tiempo logrará esquivar de mis recuerdos más latentes.  Ansío, no te equivoques. Avanzar nunca ha sido fácil para mí, es como caminar cuesta arriba y sentir lo eterno de la caída. Porque todo cae, termina, se incendia. Y yo muero un poco cada vez que siento el desdén de adiós, aunque un "adiós" ante mi nunca he tenido. Pero les digo Adiós en cada poema que escribo.

De 2023

  Soy la mujer que no les necesita, pero también la niña que quiere cuiden de ella. Ahora y después del naufragio que fué el adiós, me sé libre y con la suficiente fortaleza para seguir sola por el mundo, cómo si de nada necesitara. Independiente del Amor, quien me ha perforado el alma.  Mujer, quien domina sus emociones, para no volver a sentir, para no ahogarse una vez más el fondo del mar oscuro, en el cual nadó hasta que sus pulmones se inundaron. Mujer que no les necesita, pero quiere que la necesiten. Así como mujer también soy la niña que quiere, cuiden de ella; que la doten de ternura y comprensión. Besos en la espalda, besos al amanecer. Sin adioses ni rostros que olvidar. Solo amor, amor y nada más. 

De abril, 2023

 Siento que el amor se me escapa por las manos, me ha abandonado. Se disipan los besos, corren como el agua, me dejan vacía, sin ganas. Me pierdo en la indiferencia, se me culpa por sentir. Sé bien que suelo ahogarme ante las palabras no pronunciadas, y los besos en la espalda que nunca recibí de quienes creí podría convertir en amor. He cabado tumbas de ausencia en el cementerio de mi alma, pero nunca me olvido de llevarles flores.  Cierto es, que nunca un adiós he escuchado de aquellos quienes creí sinceros, a quienes deje entrar en mi mente y en mi cuerpo con la promesa del mañana en el abandono del ayer. 

Ceci n'est pas un poème

 Ojalá tú también sientas que se inundan tus pulmones; que algo falta al respirar; que llores hasta ahogarte, que en ese mar violento y tormentoso veas mi rostro. Espero que la vida me sea justa por una vez, una puta vez, y te haga sentir como arde el alma, como pesa caminar. Sin más que hacer ni a donde ir, que ni en pensamientos logres encontrar consuelo. Te deseo el miedo a lograr dormir, ya que a consciencia sabrás que en sueños me vas a encontrar.  Esto no es un poema, nunca lo fué. Porque ya no eres tú. Nunca fuíste tú. 

De mayo, 2023

 Debe haber más, que estas ganas infinitas de esconderme para siempre en la otredad del mundo que habita en mi cabeza.  Sobre mis almohadas cansadas ya, de ser consuelo y abrigo del mundo que sigue fracturando mi espíritu. Debe haber más que la vida bajo la oscuridad de mi habitación, y las blancas páginas de mi libreta. Sin duda debe haber más que yo, yo, y mi eterna necesidad de buscar amor donde solo hay ausencia. Tiene que ser, después de todo. Debe haber más que solo yo, y la sinceridad escondida en mis tristes narrativas. Debe haber más que solo yo. 

De marzo, 2024

 Nunca he sido creyente. Me enseñaron a acudir a Dios cuando algo estaba mal o en espera de algo bueno, un atisbo de ilusión.   Hoy he acudido a él en más de una ocasión, como me enseñaron, con infinita desesperación. Tal vez sea el lugar, tal vez sea yo, tal vez no le gusta que le busque cuando le necesito. Sin afán de equivocarme, porque si he de estar equivocada que me lo haga saber. Porque si de algo estoy segura es que Dios no te escucha si estas en oncología...

De agosto, 2023

  Entendí lo que debía sin preparación para la guerra  pelee contra el mundo,  libré sus batallas. Pisé trincheras,  abracé la muerte como ideal de  supervivencia  No hay tiempo, ni cabeza  para amores de un instante. Habitarme y correr  solo perfora mi ser, un fusil, una bala  cual objeto de muerte.  El trauma del pasado me persigue,  me esquivan los buenos hombres  si es que existen.  Cómo soldados que obedecen las órdenes del dictador más cruel.  Vivir por un beso, creerse salvada y retroceder, amar el amor también me deshabita,  me pierdo ante la búsqueda de lo recíproco en este campo de concentración.  Parece,  todo el tiempo,  que vivo esperando quien venga a enterrar todas mis muertes.  ¿Cómo le explicó? ¿Cómo me explico?  He vivido enterrada, debajo de mil almohadas.  Sobreviví a las cenizas y al olvido inmediato.  Cómo quien vivió el bombardeo  y grita al estallido...

Para el INE (correción de estiló)

Políticas Públicas Necesarias

Para Universo de letras - UNAM

Escritura como Refugio ESCRITURA COMO REFUGIO Por Samaria Flores   22 de enero de 2023 Cuando era niña, soñé con ser todo lo posible. Apilar mis muñecas a lo largo de la mesa y jugar a enseñar las letras. Más adelante, jugué a ser doctora. Hice a mis nenucos tomar su medicina, usé trapitos mojados en sus plásticas cabezas, así como hacía Mamá conmigo en mis días fríos. Crecí y me pidieron escoger qué debía hacer durante toda mi vida. Seguir siendo niña, eso quería. Quería ser todo lo posible, incluso cuando mis zapatillas dejaron de quedarme y dar “pirouettes” ya no era tan sencillo como a los trece. El mundo era más grande. No sabía cómo quería vivir, yo solo quería bailar, besar sapos, sapos que más adelante convertiría en pesadillas. Ya no era una niña, ya no lo era en absoluto.   Con el paso del tiempo descubrí algo fascinante: el poder de la palabra, el grito y el silencio. Cómodamente apilados desde el mismo propósito de la comunicación, porque sí, el silencio también di...